COVID-19 ¿Qué enseñanzas trae a nuestro país?

Personal médico y de enfermería del Hospital Regional 1 de Octubre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de la Ciudad de México (México), protestan hoy lunes para exigir equipo médico y de seguridad para el tratamiento de pacientes diagnosticados con COVID-19. EFE/José Méndez

A estas alturas nadie puede negar que el coronavirus (Covid-19) es una epidemia que está azotando al mundo, haciendo que miles de personas sean recluidas en sus hogares y provocando que muchos gobernantes debieran retractarse en cuanto a la errada opinión que tenían acerca del mismo, oponiéndose tozudamente a la explicación de especialistas, tal como lo hizo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Presidente de México; es una situación que se trata ahora de evitar se expanda en territorio nacional. Eso está claro, pero el grado de afectación que cause depende de varios factores.

Nuestro país es uno de los más vulnerables, posee un territorio de 1.973 millones de km² y una población de casi 130 millones de habitantes, número que hace que haya más probabilidad de expansión de los contagios del virus; además la inmensa mayoría de los mexicanos vive en condiciones de pobreza, con alguna carencia de servicios básicos tan necesarios como el agua, dicen “lávate las manos” pero hay quienes no tienen ni agua; además hay millones de personas que trabajan en la informalidad, millones de connacionales viven al día y es muy difícil que se mantengan en sus hogares.

Otro factor importante es la incapacidad del sector salud que con la 4T sufrió el desmantelamiento de programas, corrió además a mucho personal y dejó en desamparo a miles de enfermos en los primeros días de enero, quienes sufrieron carencia de medicamentos y otros insumos; y que ahora el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) tendrá que lidiar con este monstruo, el cual no podrá controlar pues, para darnos una idea, en datos aportados por el Instituto Farmacéutico (INEFAM), se necesitarán alrededor de 45,000 camas para los pacientes y solo hay disponibles 21,387, y solo se cuentan con 3.84 respiradores por cada 100 mil habitantes, un hecho lamentable. Por su parte, el Subsecretario de Salud López-Gatell nos ha brindado información dejando ver que puede ser que el 80% de la población se enfermará, pero solo el 15% de gravedad, aun cuando los números son bajos, al transformarlos a la realidad nos damos cuenta que será demasiado. Ante esta situación estamos en un riesgo de colapso del sistema de salud, podríamos llegar al punto de saturación de todos los hospitales, causando que sea muy difícil atender otras enfermedades o accidentes que ocurren de manera ordinaria; añadiendo además que ya hay varios casos de personal médico que está contrayendo la enfermedad haciendo que las cosas sean aún más difíciles. Podemos concluir que de llegar a este punto, que es el más grave, estaríamos entrando a una crisis sanitaria mayor incluso que la causada por el H1N1.      

            Por si fuera poco, las acciones de las autoridades y los responsables de la salud en nuestro país no tienen contenido ni forma, pareciera que actúan de manera improvisada desde hace semanas, mientras Gatell recomendaba no salir, no saludar de mano etc., AMLO iba de un lado a otro en sus eventos sin respetar las instrucciones antes señaladas, e incluso contradiciéndolas; otros, por su parte se burlan de la contingencia y dicen, “los que sobrevivan”, unos más descontando 500 pesos del cachito a quienes les llega  el apoyo de la tercera edad, en estos tiempos, que es cuando más necesitan y haciendo la entrega masiva de apoyos monetarios. Al parecer y para bien de todos al presidente ya le cayó el veinte, pero sigue sin tomar medidas concretas para atender esta pandemia. Esto queda claro en el plan económico que anuncio en días anteriores y que se concluye de manera completa que no ayudará a mitigar los problemas económicos que provocará la contingencia pues no trata de manera seria el problema, dejando a la vista el carácter anticientífico, soberbio, y altanero con el que se maneja el presidente y sus allegados.

            Desgraciadamente, por si fuera poco, la ciencia, en particular la investigación y la divulgación científica son cuestiones muy heridas en la actual administración federal con recortes millonarios al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y  otros institutos dedicados a la ciencia que son pilares fundamentales en la lucha contra las enfermedades; confío en que esto despertará las alarmas de los investigadores, además del interés de los gobiernos para que se invierta más en el rubro y en particular en el campo médico para que en futuros eventos estén a la altura de las circunstancias, dispuestos, bien equipados para ayudar a su pueblo que está urgido de verdadero conocimiento al servicio de todos.

            Estamos en este mar de problemas azotados ahora por esta pandemia, no hay duda que entraremos en un proceso difícil, en consecuencia la tarea será entender que a esta clase política que prometía ser el cambio y la esperanza no le interesa el bienestar del pueblo y no toma en serio la problemática actual, a los mexicanos les toca hacer conciencia de ello y estar preparados para que en la próxima contienda electoral sea la razón y el conocimiento objetivo quien nos haga elegir y no  la ilusión ni el coraje  por el bien de México.