¡Difícil mantenerse en casa por pandemia!: Joel Ramírez

En varios medios de comunicación se dio a conocer que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, compró por 511 millones de pesos el Estadio de Beisbol Héctor Espino, en Hermosillo, Sonora, de ser cierta tal información resultaría ser un disparate del titular del ejecutivo pues se pondría al descubierto que el avance de la pandemia del COVID-19 no es algo prioritario para el gobierno federal.

Sin embargo, de ser cierto, esto no sería casual pues a pesar de la grave contingencia siguen en marcha las  obras como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía que deberían  suspenderse temporalmente y ése dinero podría usarse  para adquirir equipo médico para el sector salud.

Tras el rápido incremento de los casos de coronavirus en una semana, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, llamó a los países a aplicar medidas para proteger a los trabajadores de la salud, asegurando que tuvieran acceso a los equipos de protección y suministros que se requieren para atender a los pacientes afectados por esta enfermedad.

En México, nuestros médicos necesitan todo el apoyo del Gobierno Federal y de la sociedad civil para hacer frente a esta crisis, pero ocurre que se encuentran desesperados por ver que no estamos a la altura de otros países para enfrentar la contingencia y que varios de ellos se han infectado en sus centros de trabajo por carecer de materiales y equipos apropiados.

Son pocas las naciones que se escapan a esta problemática y según datos públicos existen naciones como Rusia, que tiene 32,008 casos confirmados, 273 fallecimientos y 2,590 recuperados, la gran diferencia aquí es que su presidente Vladimir Putin se ocupó desde el primer momento en que se estaba propagando la pandemia cerrando fronteras para evitar contagios, puso en cuarentena a la población dándole a los trabajadores descanso con goce de sueldo.

En México no sucedió lo mismo, pues nuestro país no está preparado para realizar  las mismas acciones que Rusia, en primer lugar debe de tener un líder verdaderamente, preocupado por su pueblo y no incitando al desorden y contradiciendo a las recomendaciones que con toda oportunidad dictó la Organización Mundial de la Salud (OMS). La pandemia del COVID-19 ha permitido dejarnos ver el fundamental que desempeñan las enfermeras, enfermeros y otros trabajadores del sector para proteger a las personas y salvar vidas. La enfermería del mundo requiere una mayor inversión en educación, mejora en las condiciones de trabajo y mejora de salarios.

Por otro lado la aplicación de las medidas sanitarias no puede hacerse efectiva para todos, porque el lavarse las manos, mantenerse en casa y evitar el contacto con personas enfermas, que son algunas de las acciones estratégicas no pueden efectuarse, veamos algunas razones:

Para lavarte las manos necesitas agua, pero una tercera parte de la población del país no cuenta con suministro diario, de acuerdo con cifras del INEGI (2018), es decir, alrededor de 44 millones de personas no tienen la posibilidad de lavarse las manos frecuentemente durante 20 segundos, como es recomendado para prevenir la enfermedad.

Para mantenerte en casa, debes contar con un trabajo estable, bien remunerado, y que te permita no poner en riesgo a tu familia, pero sucede que el 56% de la población en México trabaja de manera informal, lo que significa que, de inicio, no cuentan con prestaciones laborales que les permitan quedarse en casa o  detener por completo sus ingresos. Un ejemplo de esto aquí en Zacatecas, en donde los comerciantes ambulantes no disfrutan de las condiciones necesarias para poderse quedar en casa, pues como ellos mismos lo dicen “viven al día”, “si no trabajan, no comen”.

Para evitar el contacto con otras personas, tendrías que dejar de ir a trabajar y, por supuesto, no vivir en hacinamiento. La frase “sana distancia”, se ha replicado para hablar de nuestra responsabilidad como ciudadanos,  que consiste en evitar el contacto con la población en riesgo o que pudiese estar contagiada. En otras palabras, la vulnerabilidad que se genera a partir de la responsabilidad de cuidar y atender a otras personas, especialmente a adultos mayores, que en este caso se encuentran más vulnerables a morir por la enfermedad.

Las desigualdades que enfrenta una gran parte de la población mexicana simplemente nos impedirán seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y eso será un factor determinante en el impacto de la pandemia en nuestro país. La crisis de desigualdad que vivimos en  México representa una amenaza a la salud pública en sí misma y para reducirla, necesitamos empezar a hablar de mecanismos que combatan esta vulnerabilidad, por ejemplo, un cambio en la estructura de recaudación que fortalezca los ingresos del Estado de manera justa, es decir, donde las personas y empresas con ingresos exorbitantes paguen lo que realmente les corresponde y esa carga no recaiga en la población que necesita respuestas eficaces ante crisis como la que estamos viviendo.

La conclusión es clara se requiere un viraje en las políticas públicas, pero como eso no sucederá de un día para otro, hago aquí un llamo al gobierno Federal para exigirle que implemente un programa alimentario para apoyar a los grupos más vulnerables que ahora más que nunca necesitan el apoyo, y son muchísimas personas que no se están tomando en cuenta, ya que se pretende dar continuidad a los programas de bienestar, pero, si los programas no son universales y la mayoría de la población no están recibiendo estos apoyos ¿Qué comerán los Mexicanos?, AMLO debería dejar de gastar dinero a lo tonto en estadios de beisbol y preocuparse por  ver cómo sobrevivirán sus gobernados, “Si no nos mata el virus, nos va a matar el hambre”.