Jaime Pérez: Los migrantes, el covid y el fundamentalismo de mercado

Jaime Pérez Rodríguez

Dirigente Antorchista en Jalpa Zac.

El neoliberalismo o fundamentalismo de mercado es una doctrina económica que aparece en los años 80 como actualización de las doctrinas liberales posteriores a la Primera Guerra Mundial y que limita la participación del Estado en los asuntos económicos, principalmente, dejando a la “mano invisible” del mercado la distribución de las mercancías y, por lo tanto, la distribución de la riqueza.

            Cuando un país no es capaz de emplear a su población ésta se ve obligada a emigrar a donde pueda ser comprada su fuerza de trabajo, –único bien de que dispone– para participar así en ese gran mercado donde nada escapa a la categoría de mercancía y poder acceder a medios de consumo para asegurar la alimentación y vestido, pero además para lograr salud,  educación, descanso, esparcimiento o la cultura. Teniendo en cuenta esto quiero referirme a la salud por ser tema recurrente en estas fechas descubriéndose que la riqueza es producida por obreros que construyen grandes hospitales donde ellos no serán atendidos ni curados a diferencia de los acaudalados; vemos también como suntuosas mansiones las construyen los que carecen de vivienda o viven en condiciones de extrema pobreza.

Lo anterior es solamente una pequeña muestra, pero faltaría enumerar tantas actividades intermedias no visibles al ojo no avezado en descubrir la explotación del hombre por el hombre, a pesar de ello son acciones muy importantes  para construir el mundo material en el que vivimos y este orden de cosas se presenta siempre en el mundo capitalista.

            El problema actual  provocado por la covid-19 ha venido a poner en evidencia la  falta de infraestructura para atender a una masa enorme de población, no solamente de las clases desprotegidas, de los obreros, los campesinos, los peor librados en lides como la actual; sino que aun los que normalmente pueden atenderse comprando salud,  ahora se ven afectados ante la imposibilidad de que les brinde atención adecuada porque no hay suficientes camas, respiradores artificiales, personal médico y sobre todo, no hay medicinas para atacar con eficacia la enfermedad que provoca ésta mutación de coronavirus.

Pero no estamos ante un fenómeno nuevo: en el siglo XVI  durante el sometimiento de América desaparecieron poblaciones completas por el contagio de enfermedades procedentes del Viejo Continente como la gripe española de 1918 a 1920 que acabó con la vida de al menos 50 millones de personas en toda la faz de la tierra. Se dice que durante esta se puso en boga el “¡Jesús te ayude!” como respuesta al estornudo, pues quien se veía contagiado de la agresiva enfermedad, lo mejor era encomendarlo a Dios para que le hiciera un lugarcito en su “Santo Reino”, así de fatal era el asunto.

Estados Unidos superó este lunes  11 de mayo la barrera de las 80.000 muertes a causa del covid-19 una enfermedad que deja un total de 1.344.512 contagiados en el país más golpeado por la pandemia. Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, 80.087 personas han fallecido en Estados Unidos por el coronavirus, por estados, el más afectado es Nueva York con 337.055 casos detectados y 26.682 muertos; seguido de Nueva Jersey, con 140.206 contagios y 9.340 fallecidos. SARS CoV-2 Fuente: (https://elcomercio.pe/mundo/eeuu/coronavirus-usa-estados-unidos-murio-migrante-que-se-contagio-en-un-centro-de-detencion-covid-19-ultimas-noticias-noticia/) y aunque no hay datos precisos uno de los sectores más afectados son los migrantes pues en Zacatecas y todo México estamos recibiendo malas noticias donde amigos entrañables han fallecido por esta causa lejos de su tierra.

            Como apuntábamos arriba, la fuerza de trabajo también es una mercancía y no está exenta a las leyes del mercado. Los problemas que sortea un trabajador al traspasar la frontera, llevando consigo su físicamente inalienable mercancía, son una forma de seleccionar a los trabajadores más hábiles y más fuertes, eso pasa con los mexicanos que van a trabajar “al norte”. A Estados Unidos ingresan los trabajadores más aptos ya sea por la vía legal o ilegal, pues incluso los legales son llamados  “allien”, como reza su “Green card”, pueden, ante esta condición ser abandonados a su suerte y dado su número se abarata el costo de su fuerza de trabajo.

Sabemos que un trabajador que ingresa de forma ilegal no puede ir a solicitar atención médica, pagada de su bolsillo o no, sin el riesgo de ser denunciado a las autoridades con las consabidas consecuencias. Es esa la explicación de por qué de una población con composición del 29% latina, perezca de coronavirus un 34%, no porque sean más proclives a las enfermedades, por debilidad o por genética; a nuestros hermanos, a nuestros hijos que “se van al norte” los matan las leyes del mercado.


            Por eso, Antorcha Campesina propone una forma más humana de conducción de la sociedad que empezaría por una distribución más justa de la riqueza, pero teniendo claro que se necesitan cambios profundos en la organización social de México y el mundo. Hoy urge un capitalismo menos rapaz, más humano, que vele por el bienestar y salud de todos los migrantes, el estado debe diseñar políticas de atención a ellos y siempre avanzando hacia una sociedad más perfecta, hasta que cada miembro de esta pueda decir, como dijo el poeta Nicolás Guillén: “Tengo, vamos a ver,  tengo lo que tenía que tener”.