La tecnología, los estudiantes y la pandemia

Por: Christian Martínez
Colaborador

El sábado 18 de abril desde la cuenta oficial de Twitter de la Secretaria de Educación Pública (SEP) se dio a conocer lo siguiente:

 “El próximo lunes 20 de abril regresamos a clases a distancia a través del programa “Aprende en Casa”. Conoce los horarios que tendremos para estudiar, ve preparando el tuyo y prende la televisión a tiempo para que tú aprendizaje sea óptimo”. Mensaje que también publicara desde su cuenta de Twitter , Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública de México.
  Moctezuma Barragán hizo este planteamiento debido a que la Jornada Nacional de Sana Distancia se prolongará hasta el 30 de mayo por el virus Covid-19. Por ello la SEP a través de sus voceros y en primer lugar el mandatario de la educación indica empezar clases de manera virtual.

Ante tal pronunciamiento de reanudar labores educativas, hay que decir que el país no está en condiciones pues, por ejemplo solo el 44.6 por ciento de los estudiantes mexicanos tienen acceso a una computadora según la Encuesta del año pasado sobre uso de tecnologías del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).


Y ¿En qué consiste el programa innovador que proponen los pedagogos de primer nivel de la 4t?
El programa “Aprende en Casa” trabajará con los programas diseñados para Educación Básica y Media Superior con la intención de que, al término de la exposición reproducida en la computadora, celular o televisión, se realizarán preguntas que los estudiantes pueden y deben incluir en “Carpetas de Experiencias”. ¿Sumamente innovador, no? Pero hay un detalle bien grande que estos señores están olvidando: la falta de herramientas tecnológicas en sectores rurales y aun en la zona urbana, lo que se agrava en el primer caso pues en muchas comunidades aún se carece de electricidad.


En las zonas rurales de México solo el 40% tienen acceso a internet. Y en Estados como Oaxaca y Chiapas su porcentaje se estima en 24.5 y 24.6 por ciento. En Oaxaca, por ejemplo, uno de los estados que de por sí es tan lastimado por las precariedades de 524.172 alumnos de nivel primaria, una parte significativa se verá en dificultades para cumplir con las actividades que se les pongan pues algunos carecen de falta de computadora, de internet y de luz eléctrica. De por sí en situación cotidiana se sufren peripecias para llevar la educación a zonas de alta marginación, imagínense ahora.


En el país hay 500 mil viviendas sin electricidad principalmente en las zonas serranas e indígenas. ¿Qué harán ellos para continuar sus estudios? ¿Acaso no pensó en ellos Esteban Moctezuma, a pesar de ser la mayoría? Oaxaca (otra vez) rebasa apenas el 50% al igual que Zacatecas.


Otros estados como Guerrero la conexión a la luz eléctrica está por debajo del 50% de acuerdo con un estudio de la empresa de investigación “Gabinete de Comunicación Estratégica” (GCE).


La Pandemia se presenta casi en todo el mundo. La diferencia es que en países avanzados (Rusia y China, por ejemplo), hicieron lo correspondiente en tiempo y forma dado que sus sistemas económicos velan por cosas realmente importantes y que algo hicieron contra la proliferación del virus. En La República Mexicana, el Gobierno “de la Cuarta Transformación” aún no se hace claridad de su labor.
Y ante la contingencia no se plantea el cómo sobrevivirá la gente, que ahora más que antes carece de alimentos y se muestra muy torpe sin saber el cómo funcionará el aparato de Estado, así de cómo todos los niños y jóvenes continuarán sus estudios.


El programa es muy bueno, en países con las condiciones adecuadas, pero no en un país dirigido por malos gobernantes y con la población empobrecida. Según testimonios de docentes que laboran en zonas de alta marginación y carentes de servicios básicos, aseguran que se avecinan épocas en extremo difíciles para la educación pública y como siempre los platos rotos los pagarán los que menos tienen.
Que lamentable es saber que el Gobierno Federal decide comprar el estadio “Héctor Espino” de Sonora por más de 500 millones de pesos en lugar de preocuparse por equipar los hospitales y entregar material de protección al personal médico y de enfermería. Qué fácil es lanzar un programa como el que dieron a conocer durante la pandemia, pero sin pensar que los estudiantes de los distintos niveles educativos no tienen las condiciones para tomar esas clases virtuales ni tampoco el equipo para hacer las tareas escolares desde casa. Esas son las condiciones en que se desarrolla el pueblo mexicano empobrecido y que en nada cambia con la Cuarta Transformación