Ser maestro en México, un desafío constante: Ricardo Flores

Por Ricardo Flores Pereyra*.

Los múltiples cambios sociales y las nuevas tecnologías han construido un nuevo escenario en el que los maestros deben adaptarse constantemente: nuevas demandas de la sociedad y diversos retos relacionados con el mundo plural y globalizado actual.

La conmemoración del Día del Maestro se da en el marco de una hiperviolencia social. En Zacatecas, el Decreto que recientemente aprobó la comisión de presupuesto de la Legislatura local es prueba contundente de que no se tiene ninguna política pública para resolver las demandas legítimas de los profesores.

Se acerca el Día del Maestro, ocasión perfecta para reflexionar sobre esta espinosa y difícil pero digna profesión. Un profesor es el encargado de transmitir los conocimientos. Y si ese profesor es un funcionario público, pagado con los impuestos del pueblo, ese compromiso todavía es mayor.

Entre todas las carreras profesionales que el ser humano desarrolla hay una en especial, diferente, única, precisamente porque es la que da vida, la que alimenta y motiva a todas las demás y es, la que realizan los profesores.

Profesores de guardería, de primaria, de secundaria, de preparatoria, de universidad, de mecánica, de música, de baile, de pintura, en fin. Profesor es aquel que enseña, que moldea, que escucha, que orienta, que juega, que cimienta, que siembra y que forma, que prepara a los alumnos para la vida

Hoy más que nunca los profesores de México enfrentamos todos los días un sinnúmero de desafíos, adversidades y vicisitudes: desde la carencia de infraestructura y equipo, pasando por las críticas del entorno social y de los medios de comunicación.

Además de una necesaria y constante actualización, hasta llegar a las situaciones de violencia y pobreza que muchos de los alumnos viven, y que contribuyen a la deserción y al abandono escolar.

Sin olvidar el trato hostil y alevoso que los distintos tipos de gobierno ejercen sobre los profesores y sus familias.

Sin embargo, y más allá de la discusión estéril sobre los bajos salarios y los recortes de los derechos sociales y laborales, es necesario recordar quiénes son nuestros profesores, el papel que estos juegan en el México contemporáneo y los retos y problemáticas a las que se enfrentan.

Es una satisfacción, porque ser profesor no es sólo cubrir un horario de trabajo, ni cumplir con los contenidos. Ser profesor es una aventura, porque no siempre las clases serán rutinarias. Es un orgullo y una responsabilidad porque sobre nuestros hombros están las esperanzas de tantas generaciones, que, en un futuro, cargarán sobre los suyos los destinos de ésta gran nación.

Soy profesor y me jacto de serlo, porque recojo cada curso a un montón de adolescentes expectantes de los que aprendo tanto como ellos de mí, y eso es más grande que la reforma educativa. Dudo que exista una vocación tan profundamente humana, de tanta trascendencia como la de ser profesor.

Fueron mis profesores, entre otras personas, los que con su exigencia y amor por enseñar han hecho de mí lo que soy: un maestro. Un abrazo fuerte a mis maestros que me marcaron de manera positiva, el Maestro Enrique Salas y a mi Querido Maestro, Pedro García Tovar (QEPD).

Un profesor debe ser un ser humano sensible, consciente de la realidad de su entorno y dispuesto a interactuar, a generar transformación, a estar capacitándose y estar inmerso en las problemáticas de los estudiantes para lograr encontrar soluciones y convertir cada una de las dificultades que se presentan en oportunidades de desarrollo.

¡Felicidades Maestros!

Cuídese y cuide a su comunidad, si nuestro Dios lo permite, nos leemos pronto.

*Ricardo Flores Pereyra es fresnillense, Doctorante en Educación y Jefe de la Unidad de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Municipio de Fresnillo, Zacatecas.